Vivo en bosques inmensos
celebrando los días.
Allá queden los otros
con sus glorias vicarias,
persiguiendo la estela de un avión errabundo
y exponiendo caretas
que resuenan vacías.
(Son los falsos vampiros
y yo sé que lo saben.)
Allá queden sus cuerpos
mutilados, sin alas.
Yo, gongóricamente,
al calor de mi fuego
escribiendo, viviendo, caminando y volando.
Descubriendo de nuevo
olvidados parajes.
Recuperando almas que pensé no existían
pero están a mi lado, y ya no esperan,
claman,
Y mi universo entero se da cuenta
y estalla
destrozando los muros que forjaron titanes
deshaciendo las puertas
construyendo balcones
en grietas ojivales.
Fulminando la Torre
que ya no necesito,
pues el cíclope ciego se debate en lo oscuro,
tantea y no me halla
y llora un llanto negro.